jueves, 29 de septiembre de 2011

Los traspiés de Javier Sicilia

 (foto: esmas.com)

Justo en este espacio, hace ya algunos meses, se promovió la carta que el poeta Javier Sicilia escribió a las autoridades de los tres órdenes de gobierno con motivo del secuestro y asesinato de su hijo, texto en el que con profundo dolor y mucho de razón, a mi parecer, el escritor acusaba la insensibilidad gubernamental frente a las víctimas inocentes que ha cobrado la lucha contra el narcotráfico en nuestro país.

De entonces a la fecha, Sicilia ha encabezado un movimiento que si bien en un principio aspiró a reunir a los familiares de esas víctimas, pronto sufrió los traspiés de otros grupos que se acercaron en busca de lo que se llama pantalla o reflector, y que pronto, también a mi parecer, tergiversaron la intención noble, plausible e incluso necesaria que inspiró al Movimiento por la Paz con Dignidad y Justicia.

Uno de los primeros actos públicos para manifestar la indignación popular fue una Marcha por la Paz en la ciudad de México a la que por poco asisto, aunque privó mi sentencia de que ninguna marcha ni acción de masas sirve ya para solucionar casi nada. Y así fue. A la convocatoria de Sicilia se unieron, en el camino, integrantes del extinto Sindicato Mexicano de Electricistas, esos que decidieron secuestrar durante meses la Plaza de la Constitución, el Zócalo capitalino; también los llamados "atencos" que, machete en mano, caminaron junto al poeta que justificó la portación de machetes en vía pública aduciendo que era "su intrumento de trabajo".

Dos señales encontradas ya en ese momento: los electricistas acusados de golpear periodistas y sospechosos de sabotaje a las instalaciones eléctricas y los portadores de machetes que esgrimen su afilado instrumento sin consecuencias, justificados con un argumento que, de ser general, permitiría que un demoledor asistiera a la marcha con dinamita, que un guardia seguridad lo hiciera con pistola o que un vendedor de cuchillos porte al cinto su mercancía.

Ya en el Zócalo, en el templete, la inconformidad de las víctimas que una por una tuvieron oportunidad de relatar su historia de injusticia, de dolor y de indignación, una catarsis necesaria que terminó con la desafortunada exigencia de Sicilia de la renuncia del Secretario de Seguridad Pública. Esto fue para mi el colmo del desperdicio. El evento era valioso por sí mismo, importante, pero casi puedo imaginar al poeta desbordado por sus propias huestes, no acostumbrado a las masas y más bien nostálgico de su escritorio, su ventana, los aromas del campo y de su lápiz y su pluma: las voces coreando renuncias y la de Sicilia exigiendo una más, sin sentido, pues un cambio en cargo público sin duda no daría solución a nada.

Y así fue. Ni un movimiento en el Gabinete pero sí ocasión para inicar el llamado Diálogo ciudadano en el que el Presidente de la República se sentó a escuchar, a defender su estrategia, fue increpado y criticado pero ahí estuvo, firme en sus ideas, abierto a los señalamientos que terminaron en la orden de integrar una fiscalía para atender a esas víctimas que le expresaron su dolor.

El acto fue considerado un éxito por la opinión pública, la crítica fue positiva pero una semanas después el propio Sicilia expresó su inconformidad, la que no pudo sostener frente a su interlocutor y que llevó de nuevo a la prensa, como si ese fuera el canal más apto para comunicarse, habiendo tenido ocasión para decir las cosas frente a frente. Un traspié más que siguió desvirtuando lo que en su planteamiento original era una idea buena, justa, inclusive de altos vuelos, pero que al contacto con la realidad fue incapaz de mantenerse.

En lo personal, mi opinión sobre las masas vuelve a refrendarse: inefectivas, incontrolables, anónimas y sin capacidad para dar cauce a sus exigencias, por justas o loables que éstas sean (La entrada que da pie a esta especie de errata en el blog, se encuentra en: http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/04/cuando-calla-la-poesia.html ).

viernes, 23 de septiembre de 2011

25 años del Museo Franz Mayer


El reto creativo fue complejo: los 25 años del Museo Franz Mayer buscaban acercar al público, sobre todo a los jóvenes, a uno de los museos que mejor retratan la vida cotidiana del México colonial.

En lo personal, esos estilos que inundaron la época –el barroco y su evolución churrigueresca–, presentes en la arquitectura, por ejemplo, de la Catedral de la ciudad de México (así como en buena parte de las catedrales novohispanas), me resultan extenuantes: se me caen encima esas piedras saturadas, esos santos dolientes, esos tiempos del arte tan contrarios al siglo XX, cuando el menos es más del minimalismo se traducía en una tendencia recargada de formas que buscan decirlo todo en espacios inmensos. 

Tassier me ha regañado por estos comentarios, señalando que hace falta escuchar a Vivaldi y sentarse a contemplar el sagrario de la Catedral metropolitana para apreciar el barroco en su totalidad. No lo he hecho. Más bien, procuré que la campaña mostrara los detalles que revela no la simple vista sino la mirada, que es ver dos veces. Así surgió la campaña para conmemorar los 25 años del Franz Mayer, precisamente de los detalles.

El talento de Tassier sumado al del cineasta José Antonio Vidaña, a las fotografías de Michel Zabé, al diseño de Omar Salum y a la generosidad de Héctor Rivero, Magdalena Zavala y Lorena Zárate dieron como resultado la campaña completa, que gira en torno precisamente de los detalles. Se hicieron el anuncio de TV, los carteles, los radios y comenzaron a aparecer en diversos espacios publicitarios del Distrito Federal.

Dejo aquí esos materiales buscando que sirvan como impulso para acercarse a ese gran muestrario de la vida cotidiana nacional que es el Museo Franz Mayer.






Luis Carlos Ugalde, una entrevista

 
En 2008, la revista La Nación entrevistó al que fuera consejero presidente del IFE en la elección de 2006, Luis Carlos Ugalde, con motivo de la aparición de su libro Así lo viví.

Aquí algunos fragmentos de esa entrevista acerca de una obra en la que se detallan a fondo tanto los modos de practicar la política en México como las reformas al IFE, el papel democratizador en México del PAN y otros temas.



La Nación (LN). En su libro esboza, como comenta Héctor Aguilar Camín, una democracia sin demócratas, en donde lo que usted llama "factores reales de poder" corren paralelos a las instituciones e influyen en las decisiones que se toman al interior de éstas. ¿Por qué en un régimen democrático como el nuestro estos factores no se han integrado al cauce institucional, y cómo integrarlos?  

Luis Carlos Ugalde (LCU). Estos actores políticos, individuos, corporaciones, etcétera, tratan de obtener trato preferencial de la autoridad en el tema electoral y en todos los temas de la vida nacional. Yo creo que así es en muchos países, y lo que trato de mostrar es cómo las instituciones son presa de esa presiones y son presa también del desconocimiento por parte de estos actores, que cuando no les gusta cómo salió el resultado se paran de la mesa y la tiran. 

Ese es el gran riesgo, porque las democracias son una suma de presiones, de demandas ciudadanas, de discusiones, de conflicto, esa es la democracia, pero tiene que haber un punto límite en donde una vez que hay una decisión –sea del Congreso, un resultado electoral o un fallo de la corte– de todos modos se tiene que acatar.

Yo lo que trato de reflejar en el libro es un poco cómo opera la política en su faceta cotidiana más nítida, incluso cínica, pero el riesgo es que al final de todo, cuando se dijo “éste ganó”, quieran tirar la mesa y retirarse, eso es muy riesgoso.

LN. Uno de los rasgos que dieron mayor confianza a los ciudadanos respecto del trabajo del IFE fue la inclusión de representantes ciudadanos, pero éstos son votados, y tú lo comentas en el libro, por el Congreso, irónicamente, una institución que es juez y parte dentro del juego. ¿Consideras que hoy en día los motivos por los cuales se ciudadanizó el IFE están garantizados? 

LCU. El IFE es una institución que merece todo el apoyo de los ciudadanos. El principal carácter ciudadano del IFE radica en el método para organizar elecciones y contar los votos, que son realizados por los ciudadanos. Esa es la mayor fortaleza del sistema electoral mexicano, que son ciudadanos de carne y hueso elegidos al azar, quienes están en casillas y cuentan votos. Esa es la ciudadanización más importante. Ése es el primer carácter ciudadano.

El segundo carácter ciudadano es que el IFE debe responder precisamente a los ciudadanos en sus preocupaciones. Me parece que el problema de la reforma electoral que se hizo el año pasado (2007) es que no piensa en los ciudadanos sino que piensa a los partidos; puesto de otra manera: así como las reformas electorales habían ido expandiendo los derechos ciudadanos, esta es la reforma electoral que en mi opinión y la de algunos investigadores, como Federico Estévez, es la primera reforma electoral regresiva de los derechos ciudadanos porque se limita el derecho a la información de los ciudadanos, porque se limita el derecho de los particulares a expresar su punto de vista mediante publicidad pagada en radio y televisión, porque se restringe la capacidad del Tribunal electoral para vigilar la vida interna de los partidos, porque los partidos meten mano en el IFE al nombrar a su contralor interno, y ahora hemos visto cómo en algunos estados los partidos ya están nombrando a los secretarios ejecutivos, como es el caso del Estado de México.

En todo caso, esta reforma que pretende generar equidad lo hace a costa de sacrificar la libertad de expresión, y lo que los ciudadanos quieren es estar enterados aun sea de mentiras, groserías, deben ser los ciudadanos quienes juzguen, y creo que en este caso el carácter ciudadano de la democracia mexicana dio un paso atrás en 2007, y creo que todavía no se ve el efecto, pero la tentación de los partidos a través de la reforma electoral de 2007 creo que es un paso atrás en la ciudadanización de la democracia.

LN. Los grupos de poder aún no regulados que conviven con los que sí están regulados dentro de la democracia, están afectando el desempeño de un país que se encuentra en un proceso de consolidación. Usted describe muy bien cómo de repente los actores o quienes están al frente de estos grupos, intentan influir. ¿Cuál cree que es el mayor daño que pueda hacer la convivencia, por ejemplo, de organismos sometidos a la transparencia y el escrutinio y organismos que pueden no rendir cuentas? 

LCU. El Partido Acción Nacional ha sido el partido que a lo largo de su historia ha pugnado por una democracia de ciudadanos, es decir, apelar a los individuos como ejes de la democracia que mediante el ejercicio de su raciocinio individual, de su libertad de expresión, acudan a votar.

Yo creo que el PAN es en ese sentido el partido más moderno de México. Otros partidos como el PRD y el PRI han basado en ocasiones sus tácticas electorales a través de la movilización corporativa, de prácticas clientelares, y esa es una realidad. En 2006, por ejemplo, hubo acusaciones en contra de los tres candidatos principales, de que de alguna u otra manera, un sindicato, gobernadores, gobiernos locales apoyaban a uno u otro sin violar la ley, esto es interesante porque hay prácticas clientelares que pueda ser vistas como indeseables, pero que legalmente hablando no están prohibidas, entonces me parece que en este país coexiste una democracia de ciudadanos, con una democracia, como le llamaste tú, de corporaciones.

Esa es la realidad y esa realidad nos va a acompañar por mucho tiempo, por eso vuelvo al tema. La reforma electoral de 2007 fortalece el tipo de política clientelar y corporativa porque le quita a los ciudadanos la capacidad de enterarse de los cuestionamientos críticos de quienes aspiran a gobernar, y entonces pone en la mano de los partidos y de sus maquinarias un poder monopólico de expresión que debiese estar en los ciudadanos y no sólo en los partidos.  

LN. ¿Hay otras instituciones que estén afectando de este modo? ¿Qué cree que pueda hacer la ciudadanía ante el gobierno y los partidos para equilibrar esta situación? 

LCU. La libertad de expresión, un debate desinhibido en donde se puedan expresar puntos de vista, la posibilidad de apelar a los ciudadanos en su ejercicio de raciocinio… Reitero, al PAN lo que le ha permitido ganar elecciones es que ha apelado a los ciudadanos, a los jóvenes, a los universitarios, a las clases medias, a los sectores populares urbanos a través de su derecho a la información, y perdón que reitere una vez más, pero esta reforma de 2007 restringe esa capacidad ciudadana de la democracia y se lo da a las maquinarias, entonces el debate desinhibido, vigoroso, con todos sus riesgos que tiene es la mejor manera de hacerlo.

Creo que hemos avanzado mucho en México en quince años. Si tú recuerdas cómo eran las elecciones en los años ochenta, y ves cómo son hoy, hay un mar de diferencia. Las prácticas clientelares de hace veinte años de movilización de militantes son cada vez más ineficaces, es decir, puede seguir existiendo el líder sindical que da una instrucción, pero los integrantes de ese sindicato no necesariamente acatarán esa petición. Hemos dado pasos significativos muy importantes, pero persisten ciertas prácticas, y la solución es la libertad absoluta de expresión y un debate desinhibido y un cuestionamiento crítico ante los candidatos. Esa es me parece que es la solución.

LN. ¿Cree que la cultura democrática en México se fortalecería con este debate desinhibido, con este aumento de libertad? 

LCU. Es que veníamos en esa ruta, veníamos en una ruta de expansión de las libertades ciudadanas, una y otra vez se fueron expandiendo. La de 2006 fue la campaña más desinhibida, vigorosa y con el debate más intenso, y sin embargo, el diagnóstico de algunos políticos fue que eso era malo para la democracia. Es un error. Y yo me pregunto, ¿qué acaso el PAN manipuló a la sociedad mexicana al expresar que López Obrador era un peligro para México? El PAN estaba en su derecho de hacerlo y los ciudadanos en su derecho de creerlo o no. Muchos la ven mal, yo prefiero eso a las regulaciones que caigan en los candidatos, porque esa es la ruta que, digamos, hace que la gente se involucre más en la política.

No estoy tratando de celebrar el denuesto, la calumnia; yo quiero campañas de ideas, propuestas, pero entiendo que la política es así y que la única manera de que se digan las cosas como son es que pueda haber libertad absoluta, y creo que eso, al final del día, beneficia más a los ciudadanos que los buenos modales que pretenden construir a partir de ahora.

LN. El PAN ha dicho que una de las victorias culturales del partido fue que la gente saliera a votar sin miedo, que la gente participara, que la gente sintiera que su voto servía para influir. ¿Cuál considera que debe ser la siguiente victoria cultural del PAN? 

LCU. Pugnar por la democracia de los ciudadanos, y voy a decir algo que lo digo con todo el respeto que me merece el Partido Acción Nacional, porque lo digo y lo diré siempre: el Partido Acción Nacional es el partido más liberal, el partido más moderno que tiene México, y el Partido Acción Nacional ha contribuido mucho a la democracia mexicana.

El PAN, con un ideario liberal, permitió la expansión de los derechos ciudadanos, pero en 2007 por primera vez el Partido Acción Nacional fue incongruente con esos principios liberales que lo caracterizaron, no solamente en proteger la expresión de los ciudadanos y su libertad, sino en cuidar a las instituciones. Si esta reforma fue una necesidad coyuntural, creo que habrá que revisarla en el futuro para que el PAN siga siendo el líder de la expresión de la libertad de los ciudadanos.

Recuerdo mucho lo que el Partido Acción Nacional hizo en el norte en los años ochenta, fue a concientizar a los ciudadanos de la importancia de defender el voto, y defender el voto era defender la libertad de expresión, y acudieron a instancias internacionales en Washington y fueron criticados por los sectores tradicionales del país diciendo que estaban haciendo escándalos internacionales, pero eso pagó porque en los noventa permitió que la lucha contra el fraude rindiera frutos y que a la postre el Partido Acción Nacional ganara la Presidencia de la República.

Fox igual que Calderón, y esto es muy importante recordarlo, ganaron la Presidencia por la posibilidad de expresarse de manera desinhibida y cuestionar a quien en esa ocasión gobernaba: en el caso de Fox, al partido que gobernaba, en el caso de Calderón, a un candidato que él consideraba un peligro para México. Ambos usaron la libertad de expresión y los ciudadanos reaccionaron, entonces creo que siendo, fíjate lo que voy a decir, siendo un partido liberal en el sentido clásico europeo, un partido que parte de el individuo como el eje central de la política, no del Estado, no del colectivismo que propiciaron el PRI o el PRD, sino del individuo y de la libertad de expresión que son los fundamentos del liberalismo clásico europeo, siendo el único partido liberal en ese sentido, creo que tiene una enorme responsabilidad para mantener eso, no lo van a hacer otros partidos porque su ideal es diferente.

LN. ¿Usted cree que proteger a los partidos de la manifestación de opiniones negativas o positivas, por encima de la defensa del derecho ciudadano a la libertad de expresión, es democrático? 

LCU. Es un regreso democrático porque en las democracias tú tienes que cuidar dos principios muy importantes: el principio de la libertad y el principio de la equidad. Si sólo te interesa la libertad, puedes generar un daño, porque entonces pura libertad sin condiciones mínimas de equidad te puede llevar al extremo de que solamente los ricos hablen y solamente los que tienen dinero ganen.

Por otra parte, buscar la equidad por la equidad te conduce a callar a los ciudadanos, callar a los candidatos y despojar a los ciudadanos de su derecho a estar informados. Entonces tienes que hacer un balance, yo creo que se deben buscar condiciones mínimas de equidad, y las reformas en México las han estado buscando a través del financiamiento, a través del acceso gratuito a la publicidad en radio y televisión, etcétera, pero creo que esta reforma se excedió en busca de equidad y coartó la libertad, entonces este desequilibrio que se ha generado creo que hay que revertirlo en el futuro, manteniendo condiciones mínimas de equidad y una libertad mayor de expresarse.

LN. Además este dilema de equidad y libertad, hay otro dilema que se plantea en el libro, y que es que en la historia de nuestro país recurrentemente hemos presenciado de parte de la clase política cambios de posturas que en su momento resultan determinantes para la toma de decisiones, y que usted atribuye a una praxis política. ¿De qué manera puede la ciudadanía exigir a gobernantes congruencia en sus decisiones? ¿Es posible exigirla? 

LCU. Mira, hay una enorme impunidad en México, una impunidad en la que no importa lo que digas hoy, mañana te puedes desdecir y decir otra cosa, y esta impunidad llega a niveles de cinismo y no tiene costo. 

En el libro narro historias que en cualquier otro país tendría costos reales y que en México no lo tienen. Voy a poner un ejemplo: Ricardo Monreal, en 1988 era diputado del PRI, aprobó la elección de Carlos Salinas de Gortari, pidió que la discusión se hiciera a puerta cerrada, que la gente se saliera de la Cámara para que no interfirieran con la calificación de la elección, defendió ese triunfo, rechazó que se abrieran los paquetes electorales, que por cierto el Partido Acción Nacional pedía junto con el Frente Democrático Nacional. 

Dieciocho años después se volvió del PRD, fue gobernador de Zacatecas, luego apoyó a López Obrador, lo que él había negado años antes lo pidió, luego apoyó al Partido del Trabajo en una competencia en Zacatecas, luego en Guerrero apoyó al candidato de Convergencia, y ahí sigue, ahí sigue y escribe en los periódicos y se dice defensor de la democracia, y no hay costos. Digo, el PRD parece ser que ya lo quiere expulsar, pero no hay costos.

Está también el caso de Porfirio Muñoz Ledo, que es verdaderamente el de un cambio de camisetas, de pieles. Cito asimismo el caso de Manuel Camacho Solís, y no hay costos, porque siempre va a haber alguien que les dé una oportunidad. Creo que una de las maneras de evitar eso es decirlo. En México hay la tradición de que los funcionarios, o quienes tuvieron cargos de alguna envergadura, tienen que regresar calladitos a su casa. Me parece que hay que reflexionar, no es una cuestión de les voy a platicar escándalos, no; yo lo trato de hacer con mucha responsabilidad, pero me parece que hay que exhibir a quienes abusan, cambian de piel y nadie les exige cuentas a la larga.

Ahí otra vez, creo que el Partido Acción Nacional en lo general es el partido en el que se ha dado más congruencia en la formación y continuidad de sus cuadros, estas incongruencias se han dado básicamente en el PRI, y de aquellos priístas, fíjate lo que voy a decir, aquellos priístas que han salido del PRI en busca de oportunidades son los que más incongruencias han cometido. Lo narro, Manuel Camacho Solís, Porfirio Muñoz Ledo, Ricardo Monreal, Arturo Núñez son cuatro nombres que recuerdo, y todos se salen del PRI por falta de oportunidades, y ahí empieza la incongruencia. Y ahí otra vez, el Partido Acción Nacional no ha padecido estas prácticas o lo ha hecho en muy baja medida y creo que eso ayuda mucho para balancear el sistema.

LN. Usted denuncia una serie de prácticas incluso extralegales contra el IFE, contra su persona y contra la elección ¿Recurrió en su momento a recursos institucionales para denunciarlas o revertirlas? 

LCU. Lo que yo narro son intentos de presionar al árbitro para que actúe al margen de la ley. Pero también lo que yo defiendo es que esas presiones no surtieron efecto. Cuando el PRD nos exige abrir todos los paquetes electorales al margen de la ley, y narro en el libro lo dramático que fue eso, sí fue una presión muy fuerte, pero nunca cambiamos la decisión legal de no hacerlo salvo que existiera causa legal, entonces yo voy narrando una serie de cosas, mi función en ese momento no era andar diciendo que había gente que me estaban presionando, el presidente del IFE tiene que evitar que influyan esas presiones.

Ahora a la distancia creo que puedo reflexionar y platicarle a la gente cómo opera ese mundo de la política para tratar de mejorar la cultura democrática, para tratar de que se mejore la práctica y las costumbres, pero en su momento mi responsabilidad exclusivamente era evitar que interfirieran y cuidar la legalidad de la elección.

LN. A lo largo del libro usted reitera su preocupación e interés por mejorar el régimen democrático en México, sin embargo aceptó un cargo fundamental que fue obtenido, como lo mencionaba, con irregularidades. ¿Considera que su proceder fue congruente con sus principios, o considera que era la única manera de impulsar una transformación de estas prácticas? 

LCU. Yo nunca digo que mi nombramiento fue irregular. Yo lo que digo es que fue una elección legal en donde los partidos negociaron de una manera opaca, pero eso no es irregular, se cumplió con la Constitución, 80% de los diputados votaron por mí. Yo lo que digo es que la manera como se negoció condujo a lo que yo llamo “pecado de origen”, en donde el PRD se salió de la negociación, el PRI y el PAN se fueron juntos, el PRD aprovechó eso para acusarnos desde 2003 de que éramos personeros a las órdenes del “PRIAN”, y eso desató toda una polémica que después López Obrador usó en 2006 para decir que le habíamos hecho un fraude que nunca existió. 

Fue un proceso legal pero también que fue una negociación opaca. Y una negociación partidizada como siempre ha sido, yo lo que pregunto es, éste es el dilema del IFE, que siempre los partidos estarán tentados a querer presionar porque ellos son los que nombran a los consejeros.

Yo fui beneficiado de ese método, pero me parece que tuvo costos, y yo también digo por otra parte que a pesar de que fui designado por los partidos, y a pesar de que me intentaron en ocasiones pedir, recriminar, una y otra vez fueron negadas esas peticiones y eso causó molestia.

LN. Falta retomar esa parte entonces, la manera en cómo son votados los consejeros. 

LCU. Mira, yo creo que más que cómo entras es cómo sales. Es más importante para la independencia del IFE garantizar la salida legal que la entrada política. Me explico. Si a ti te nombran los partidos, pero una vez que estás sentado en el IFE sabes que nadie te va a poder quitar y que por tanto tus decisiones van a ser respetadas, y nadie te va a poder amedrentar ni amenazar ni presionar, porque nadie te puede quitar, ahí la independencia cobra plena vigencia, es el principio de la inamovilidad, es el principio que llaman en inglés el tenure de cualquier órgano, corte, etcétera.

Cuando se viola ese principio la señal que semandas es “si yo afecto a los partidos, me quitan”, y ese es el peor daño de la reforma electoral de 2007, el principio de la inamovilidad fue vulnerado, y la señal es que cuando los partidos se ponen de acuerdo pueden quitar a los consejeros. Esa fue la reflexión que yo hice el año pasado, cuando el PRD presionó junto con el senador Beltrones una y otra vez para que se llevara a cabo eso, entonces imaginemos que el principio de llegada va a ser por vía de los partidos, pero sabes que una vez que te nombran ya no te pueden quitar: en ese momento adquieres plena independencia porque sabes que tu desempeño depende de lo que digas, de lo que hagas y no de lo que los partidos te pidan.

LN. ¿Cuál considera que es la principal lección de lo que usted vivió? 

LCU. La principal lección que no hay democracia que funcione apropiadamente cuando hay deslealtad institucional del perdedor, no hay ley perfecta ni Constitución sólida ni instituto electoral que pueda competir contra la deslealtad de los competidores, y en este caso en particular de López Obrador. No se puede.

Las instituciones en 2006 hicieron su trabajo, defendieron la legalidad de la elección, pero que el perdedor haya construido una mentira durante varios meses dañó a la democracia mexicana porque generó duda, vulneró las instituciones, que resistieron, pero las afectó, y a partir de ahí ha construido un discurso retórico dañino porque incluso ha desconocido a su propio partido, ha desconocido la democracia representativa del Congreso, ha desconocido las instituciones y creo que eso es dañino.

Creo que tenemos la oportunidad de fortalecer la vía institucional y evitar que la retórica contamine a la democracia mexicana, y eso lo narro en el libro. La mayor aportación que yo quisiera para mi libro es que mostrara con claridad qué ocurrió, que aclarara que fue una elección legal, muy polémica sí, pero fue legal, transparente y democrática, ha sido la más equitativa en México, pero en la percepción pública hay muchos que piensan otra cosa porque López Obrador vendió esa idea, y a partir de esa idea construyó un movimiento que se basa en lo que se conoce como la falacia ad populum, que es muy peligrosa para las democracias y que dice “yo hago esto, y pido esto porque la gente me lo pide”, y al abandono del populismo, es decir, de lo que la gente pide, justificas cualquier cosa, desconocer al Congreso, desconocer la elección, es muy peligroso.

LN. ¿Qué reforma necesitaría el IFE? 

LCU. Se deben revertir muchas de las cosas que se hicieron en el pasado, para empezar. Revertir la prohibición de las campañas negativas, revertir la prohibición para que los particulares puedan expresar sus puntos de vista, me parece que el modelo de acceso gratuito a los partidos políticos es un modelo apropiado, pero se excedieron en dos vertientes: primero la cantidad de impactos políticos es excesiva, los niños que ven “Chabelo” a las 6 de la mañana del domingo van a estar viendo spots de los partidos, y eso va a generar hartazgo y distanciamiento, lejos de la reflexión, y segundo, introduce una rigidez excesiva en la manera cómo se conducen campañas, porque los partidos políticos tendrán que mandar sus spots al IFE con cinco días de anticipación y las campañas tienen una lógica de 24 horas, y como partido, como candidato tienes que reaccionar a lo que está ocurriendo en el mundo y en el país y a lo que dicen los contrincantes.

Si tienes que mandar tu espot cinco días antes se va a volver una rigidez, no te vas a poder comunicar con la gente, y los partidos lo van a padecer, no solamente hay un problema de restricción de la libertad de expresión, hay un problema de operación que los partidos van a padecer. Me parece que hay muchas cosas que son inoperables.

Otra cosa que es muy peligrosa es que al IFE lo colocan como un sancionador de medios de comunicación, individuos, empresas, de todo el mundo. El IFE es una institución ciudadana, si tú lo colocas y lo conviertes en una suerte de ministerio público durante campañas para sancionar, lo vas a colocar en una situación muy vulnerable porque lo van a usar como estrategia para golpear, y el IFE siempre va a tener que dar la razón a uno o a otro, entonces la mitad de los partidos siempre van a estar atacando al IFE y eso lo vulnera, y no solamente los partidos, ahora hasta los medios de comunicación ya tienden que ser sancionados por el IFE, quien debiese sancionar a los medios cuando no cumplen la ley no es el IFE, es a través de la Ley de Radio y Televisión, a través de la Secretaría de Gobernación, pero pareciera que nadie quiere pelearse con los medios y entonces le avientan al IFE la responsabilidad de hacerlo.

Al IFE lo van a vulnerar por darle demasiadas cualidades sancionatorias y eso creo que es un riesgo para el IFE, no es culpa del IFE es culpa de una reforma mal conceptualizada, en mi opinión.


jueves, 22 de septiembre de 2011

18 horas en Tehuacán, Puebla


La invitación corrió a cargo de Don José Bulás, sercretario de Formación del Comité Municipal de Tehuacán, Puebla, e iba dirigida a presentar una ponencia en la Universidad Interamericana para el Desarrollo, campus Tehuacán, sobre algún tema de comunicación y política. Mi propuesta para el evento fue: "Comunicación política en el siglo XXI. De cara a las elecciones de 2012" o, como preferí nombrarla ya en el evento, "Manual de sobrevivencia para las campañas de 2012".

Llegamos Claudia y yo a Puebla pasado el mediodía, y el equipo del presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, Juan Carlos Mondragón, nos recibió y nos apoyó con el transporte a Tehuacán. Como dato previo, nos informaron que la Marina había allanado una casa en nuestro destino, por lo que, en lo personal, el recorrido me resultó estresante, a punto de cancelar todo y regresar a ese espacio propio que Clau ha bautizado como la "xsharlycueva". 

La prisa y el ímpetu de la compañía me hicieron olvidar las peripecias y tomamos carretera con camioneta llena y, al volante, un conductor de esos dignos de envidia que logró reducir el trayecto de dos horas a una, y evitó con ello que nuestro restraso aumentara más de los casi 60 minutos que llevábamos ya encima. 

Una vez en el campus, el auditorio era de unos ochenta jóvenes, universitarios la mayoría, "no necesariamente panistas", me dijeron los organizadores. Impartí la charla, previne a los asistentes sobre lo que se encontrarían en los procesos electorales por venir en temas como publicidad, discursos, candidatos, partidos, abstencionistas; asimismo, sobre las estrategias enfocadas a captar el voto de los jóvenes, que podrá ser determinante para el triunfo o la derrota.

Como complemento, insistí en el tema de la participación política, de la vida cívica que exige México y su democracia a cada ciudadano; cosas como "el habitante vela lo que ocurre de su puerta hacia adentro y el ciudadano se preocupa por lo que pasa de su puerta hacia afuera", "la democracia exige auténticos demócratas" y, para terminar, se dio paso a la gustosa sesión de preguntas y respuestas.

Esta es la parte que más disfruto de las charlas, porque es cuando deja de ser en una sola dirección para convertirse en algo más cercano a un diálogo. Una veintena de cuestionamientos, algunos certeros y complicados, otros más sencillos, hasta que, como suele ocurrir en auditorios universitarios, se armó el debate sobre temas como los muertos del combate al narcotráfico, el Estado fallido y demás dudas respecto del Gobierno federal.

El chico que me increpaba insistió en que el gobierno era culpable de los males del país; también advirtió que la cifra de muertos de las administraciones panistas es superior a sesenta años de régimen unipartidista, a lo que respondí que culpar al gobierno sobre todos los males es lo mismo que exigir que el gobierno deba ser el solucionador de todo, cuando, según he entendido en estos años, el gobierno tiene la gran tarea de ser facilitador. 

Sobre los datos de los muertos, la respuesta fue más simple, pues es imposible sacar estadística de lo que no se contabiliza, y no hay datos certeros de varias décadas del siglo XX mexicano. Hubo que cortar la discusión pues ya nos esperaba el siguiente evento: inauguración del aula Carlos Castillo Peraza en el CDM Tehuacán, corte de listón y fotografías del acontecimiento, para seguir con otra charla, esta, dirigida a panistas, acerca del partido y sus retos presentes y futuros.  

Fue un gusto entrar al auditorio, esta vez con unas 100 personas, y comprobar que a lo largo de las paredes las vitrinas exhibían libros de todo tipo. Aprendí que mi padre inauguró el edificio en 1998 y, sin duda, estaría hoy día orgulloso de haber apollado esfuerzos como los de don José Bulás por formar y capacitar a la militancia de Acción Nacional.

Insistí en ese tema, el de la capacitación, y otros más, sobre todo en la importancia de permanecer cercanos a las ideas panistas y, con ellas, seguir siendo diferenciables del resto de los partidos políticos. Era el lugar propicio para ello pues, como lo señaló Juan Carlos Mondragón en su presentación, el de Tehuacán es un panismo que ha abierto brecha en la región a lo largo de la historia, cuenta en su haber con el primer diputado local y federal del estado, así como con el primer presidente municipal. Ahora, ellos son los primeros en contar con un Instituto de Capacitación de grandes dimensiones en Puebla. 

Terminó el evento con la invitación a que, a pesar de los grupos, las diferencias y la actual lucha interna por la candidatura presidencial, la militancia se mantenga firme en torno de las cosas que unen, como son las ideas, la doctrina, los grandes nombres y sus grandes palabras. Nos fuimos a cenar y partimos al día siguiente, temprano, para llegar a escribir estas líneas sobre 18 horas en las que lo que más se hizo fue viajar, hablar y escuchar. 






martes, 20 de septiembre de 2011

MORALEJAS DE PREPRECAMPAÑA VIII

(foto: americainfomarket.com)


Moraleja No. 84 Deshacerse en elogios para conseguir chamba se llama hacer la barba; en lenguaje directo: ser lambiscón; en lenguaje altanero: pisar su dignidad.


Moraleja No. 85 Si usted entrega y se va, informa y se va, promete y se va, la única constante es la ambición irresponsable.


Moraleja No. 86 Cuando propone acciones que están fuera de los tiempos electorales, lo único que demuestra es desesperación por aparecer en la prensa.


Moraleja No. 87 Si piensa que los diputados son suyos, está tergiversando el concepto de representatividad.


Moraleja No. 88 Procure que sus trampolines electorales no terminen en una alberca vacía.


Moraleja No. 89 ¿Por qué anuncia como novedad su recorrido por el país si lleva años usando cualquier pretexto para dejar pendiente la chamba y recorrerlo?

Moraleja No. 90 Si usted pide ignorar las reglas que aprobó, hay una incongruencia ya sea en lo hecho ahora, en lo hecho antes o en lo que hará.


Moraleja No. 91 Pedir ignorar las reglas institucionales es lo mismo que "mandar al diablo las instituciones"...


Moraleja No. 92 El problema de salir muy temprano es encontrar la calle vacía y acabar hablando solo ante la pared.


Moraleja No. 93 Si le interesan los foros no espere a ser invitado... el que los necesita es usted.


Moraleja No. 94 Si está pidiendo a la gente ponerse los pantalones ¿es porque antes los tenía abajo?


Moraleja No. 95 Pasar de un equipo a otro a cambio de una candidatura, y con sueldo de por medio, es digno de un mercader miserable.

Para conocer las versiones anteriores de estas Moralejas de Preprecampaña, puede consultar:  
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/07/moralejas-de-preprecampana-iii.html 
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/07/moralejas-de-preprecampana-iv.html 
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/08/moralejas-de-preprecampana-v.html 
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/08/moralejas-de-preprecampana-vi.html
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/09/moralejas-de-preprecampana-vii.html

domingo, 11 de septiembre de 2011

El 11S visto por un no árabe desde el lado árabe

(foto: tccamaguey.co.cu)


Se ha repetido, con motivo de los diez años de los atentados terroristas en Washington y Nueva York, que éstos fueron "el comienzo de la caída del imperio", "que sus consecuencias no cambiaron tanto el mundo como se esperaba", "que económicamente resultaron el principio de la ruina del imperio", que "terminaron con la autoridad moral de EEUU, fruto de su respuesta bélica", y una serie de afirmaciones que, a mi parecer, son ciertas en todos los casos pero que omiten un factor relevante y primordial de los sucesos: el mundo árabe.

Era de mañana cuando un amigo que por entonces estudiaba para ser piloto aviador me llamó para decirme que prendiera la televisión. Lo hice y frente a mi apareció la imagen mítica de las "dos torres con sus miles, cayendo inolvidablemente", como más tarde cantaría Silvio Rodríguez. El azoro era completo y se volvió incluso necesario dejar el audio de la TV apagado para no contaminarse de más con opiniones, juicios y condenas de quienes comenzaban a aventurar las primeras teorías. 

La cobertura informativa duró días y las consecuencias comenzaron a surgir incluso en la ciudad de México: asistí al grito de Independencia a la plaza de Coyoacán y los accesos eran limitados por rejas, la policía registraba a todo aquél que pasara y en las esquinas olía todavía a miedo, a incertidumbre. La noticia seguía siendo parte de toda charla y, en lo personal, comencé una colección de recortes de prensa que aún conservo: primeras planas, noticias principales y secundarias o artículos de opinión de El País, que convocaba a plumas del tamaño de Jean Daniel, Vaclav Havel, Bernard-Henri Levy, Kofi Annan, Edward Said y muchos otros. 

En lo personal, mi conclusión era que se juzgaba de asesino y retrógrado a un pueblo, a una civilización, la musulmana, en esa trampa común a la que llevan la búsqueda de culpables, tomando, como dijera Octavio Paz sobre la locura, la parte por el todo. En este caso, incluso suprimiendo la historia de una cultura valiosísima que en la cumbre de su historia había dado a la humanidad cosas tan valiosas como la ingeniería hidráulica, el álgebra, casi todas las palabras que inician con "al", poetas, científicos y filósofos del tamaño de Avicena o Averroes; los árabes rescataron a Aristóteles del olvido para incorporarlo al pensamiento occidental y su presencia en España durante más de ocho siglos legó a la Península Ibérica una de sus zonas más increíbles, que es Andalucía.

Todo esto lo supe una vez que me entregué a la lectura ávida de cualquier texto que cayera en mis manos relativo a la cultura musulmana. De los que más recuerdo fueron Las cruzadas vistas por los árabes, de Amin Maalouf, Lo que Europa debe al islam de España y Los orígenes del islam, de Juan Vernet, Orientalismo, de Edward Said, Esplendor de al-Andalus, de Henri Pérès, La cultura de los árabes, de Ikram Antaki y El médico de Córdoba, de Herbert Le Porrier, así como El corán, cada uno, un hallazgo, cada uno una revelación de la que fue una de las civilizaciones más ricas, espléndidas y generosas que ha visto la historia del mundo.

¿Qué tuvo que pasar para que aquel pueblo de inventores, poetas y pensadores se sumiera en la oscuridad de la barbarie? El fundamentalismo religioso, sin duda; la opresión y el yugo de un credo que por conformarse con respuestas simples, de manual o libro sacro, dejó de buscar lo que antes halló en el razonamiento, la inteligencia o la inspiración. El invierno árabe opacó todo lo que tocó, y por fortuna, los que lograron escapar son una pequeña muestra de la genialidad del espíritu de esa zona del mundo: el libanés Amin Maalouf, los argelinos-franceses Albert Camus o Jean Daniel, el palestino Edward Said, por mencionar algunos, impresionaron durante el siglo XX con ideas renovadoras, punta del iceberg de lo que el fanatismo religioso cosechó como violencia, intolerancia y absolutismo.

Con ese acervo de lecturas, en 2004 propuse a la Fundación para las Letras Mexicana (f,l,m) concursar por una beca para escribir un ensayo que revalorara ese bagaje cultural y lo proyectara hacia el presente, en lo que consideraba la urgente necesidad de dar conocer por sus logros y no sólo por sus atrocidades a una cultura que, hasta hoy, es conocida por sus rasgos violentos y extremistas, y no por sus aportaciones a la humanidad. La beca me fue negada. Cuanto mucho, alcancé una entrevista con los directores de la institución, quienes me aseguraron que si quedaba algún lugar disponible porque alguno de los ganadores renunciara a ella, se me consideraría para ser becario sustituto. Esto tampoco ocurrió y dos años después, el turco Orhan Pamuk era nombrado Premio Nobel de Literatura.

Sirva la presente reflexión y la breve bibliografía mencionada para empujar al lector a conocer antes de juzgar, a enriquecer su juicio con la historia más completa posible, y no sólo con aquello que los medios y las noticias del momento nos presentan. 

viernes, 9 de septiembre de 2011

CARTA AL PANISMO YUCATECO CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO LUCTUOSO DE CARLOS CASTILLO PERAZA



Apreciable Hugo Sánchez Camargo, presidente del Comité Directivo Estatal del PAN en Yucatán;

Estimado Julio Sauma Castillo, secretario general del CDE Yucatán;

Amigas y amigos que nos acompañan en esta ocasión:

Quiero agradecer a través de este medio su presencia en este acto de la memoria, con el que recordamos a mi padre, Carlos Castillo Peraza, con motivo de su decimoprimer aniversario luctuoso.

Antes que nada, les ofrezco una disculpa por no poder asistir en persona a esta presentación de la colección de libros que la familia Castillo López compiló para promover las ideas de mi padre.

Justo en estos momentos, se lleva a cabo una misa en la ciudad de México en la que mi madre, Julieta López Morales vda. de Castillo Peraza, mi hermano Juan Pablo y quien estas líneas suscribe, participamos de la eucaristía para recordar que ahí donde esté, Carlos Castillo debe sentirse orgulloso de todos aquellos que evocamos su vida, sus acciones, sus logros y practicamos su ejemplo de generosidad y entrega a las causas que engrandecen al hombre y su espíritu.

Aprovecho para saludar también a la familia Sauma Castillo, a mis primos, a mi tía Beatriz y a mi tío Juan, así como a mi hermano Julio, que sin duda les transmitirá con mayor cercanía nuestro aprecio y gratitud por este evento.

La invitación a asistir con ustedes la recibí de Julio Sauma, quien, generoso, accedió a leer estas líneas y a quien envío también un fuerte abrazo que busca acortar distancias y promover la cercanía de los ideales compartidos, de la añoranza que nos une y de la sangre que nos hermana más allá de las ciudades.

Para entrar en los temas propios de esta presentación, me gustaría hacer un breve repaso por los afanes editoriales que exigieron los tres tomos de esta antología: Más allá de la política; La plaza y la tribuna; y Doctrina e ideología.

No fueron pocos los archivos consultados, los acervos explorados ni las horas dedicadas a recopilar, transcribir, cotejar y revisar cada una de las páginas que conforman la colección.

Fue, antes bien, una labor conjunta, familiar, que partió de la idea de mi madre de publicar los reportajes y textos que Carlos Castillo Peraza publicó en el Diario de Yucatán mientras ambos estudiaban en Roma y, después, en Friburgo, Suiza, y que habían quedado fuera de otras antologías publicadas con anterioridad por la Fundación Rafael Preciado Hernández y el Fondo de Cultura Económica.

A esa primera idea original se sumó el entusiasmo de abundar en los materiales y presentar una colección que reflejara tres etapas, tres facetas de la vida de mi padre: la de periodista, en primer lugar, la de tribuno y orador, en la cámara de diputados, en las plazas públicas, en los mítines que seguramente muchos de ustedes presenciaron, y también en el pensamiento profundo y doctrinario del partido que fue el único de su vida, al que siguió perteneciendo en alma incluso cuando por motivos profesionales decidió renunciar, y que es Acción Nacional.

Recuerdo bien esa época. Yo trabajaba a su lado en el despacho de análisis político Humanismo, Desarrollo y Democracia, y la carta enviada al entonces presidente nacional del PAN, Felipe Calderón, causó revuelo y agitación en la prensa escrita.

Se escribió entonces en diarios y revistas de todo el país sobre rupturas, enconos, deudas pasadas y cobros pendientes. Sin embargo, y quienes lo conocieron seguramente así lo recordarán, Carlos Castillo no era hombre ni de venganzas ni de rencores; era, sin duda, un apasionado de la verdad, de la sinceridad, un convencido de que el diálogo y la palabra son las principales herramientas de la convivencia humana.

Por eso, creo yo, escribió tanto, tanto que todavía hoy su voz alcanza para seguir conformando tomos nuevos. Y en esa última etapa de su vida, que es la que a mi me tocó presenciar de cerca, mi padre escribía sobre su Mérida natal, sobre esta ciudad de ustedes que él llevaba no sólo en la memoria sino también en la mirada, en la piel, en los aromas y los colores que inundaron su infancia, en los nombres de parientes y amigos que aún están por ahí y lo evocan con cariño, con gratitud y aprecio, que es, a mi parecer, la mejor herencia que una persona puede legar: ser recordado con amor.

Así surgió esa novela inconclusa, Volverás, del amor de mi padre por la tierra a la que siempre volvió, por la que luchó desde la política, de la que un día partió porque la vida así lo exigía y a la que según su propia voluntad regresó hace once años, para descansar a la sombra fresca de sus flamboyanes, entre la fragancia de sus lluvias de oro y con la vista puesta en ese mar transparente de sus playas.

Volverás está incluida en el primer tomo de esta antología, junto a los escritos que realizó en Europa y un cuento con el que, adolescente aún, ganó algún concurso estatal de narrativa. El conjunto muestra una personalidad aún lejana a la política y, en lo personal, me gusta imaginar qué habría pasado si Carlos Castillo Peraza, en vez de la vida pública, hubiera decidido dedicarse, por ejemplo, a la literatura o al periodismo.

Dice Umberto Eco, que era de sus autores favoritos, que “los condicionales contrafácticos son siempre verdaderos” porque la premisa es falsa, es decir, parte de un “hubiera”, que es un tiempo verbal irreal. No obstante, a veces deleito la imaginación pensando qué hubiera pasado…

Volviendo a lo real, esto es, a lo que sí pasó, está el segundo tomo de esta colección, La plaza y la tribuna, discursos que mi hermano Julio recuperó del olvido y volumen del que sin duda él tendrá mucho más qué contar, pues él acompañó a mi padre en la época que fue candidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.

Julio fue, de alguna forma, testigo cercano de esos años en que yo más bien me dedicaba a combatir –por esa rebeldía juvenil de la que luego uno se cura, aunque sin duda quedan los estragos– aquello que mi padre representaba y que a la postre resultó ser el mejor camino para cambiar la realidad de un México que aún espera de nosotros, de los que tomamos la estafeta, un esfuerzo del tamaño que exigen los retos de nuestro presente.

El tercer volumen de la colección se titula Doctrina e ideología, y debo confesar que es, de los tres, el que más disfruté editar, corregir y armar. Esto, porque la herencia que mi padre me dejó dista mucho de ser un legado común: yo recibí libros, muchos libros, miles de libros que desde hace 11 años cuido, resguardo y consulto para encontrarme sus anotaciones al margen, sus pensamientos en las últimas páginas, su ex libris en la página de cortesía, su ruta por el estudio de la filosofía, de la historia, de la literatura, de las ciencias sociales, de la teología, de todos los temas que conformaban su saber vasto e impresionante.

Con esos libros he estudiado filosofía sin título académico de por medio, y es tan amplia la colección que alcanza para formular la bibliografía de la universidad más rigurosa. Entre esos tomos están también muchos de sus favoritos, como las Memorias de Adriano, del que, aseguraba, bastaba leerlo para sustituir la carrera de ciencias políticas.

Está también, entre muchos otros, uno que atesoro con especial cariño, y es la copia del Humanismo Político de Efraín González Luna, que Luis Calderón Vega regaló a Manuel González Hinojosa, y por algún azar que quizá nunca descubra llegó a manos de mi padre (entre mis hipótesis están la del robo, pero quiero acotar que ningún robo de libros debiera ser perseguido y, mucho menos, castigado).

La filosofía fue, volviendo al tema, una de las más grandes pasiones de mi padre. Pero no la filosofía de eruditos, llamados por González Luna “orugas doctas”, sino más bien la que logra traducirse en acción: esto es, la ética, de la cual, según Aristóteles, es parte la política.

Sobre temas de doctrina del PAN, y partiendo esta doctrina de una filosofía, que es el humanismo, Carlos Castillo escribió piezas únicas, de profunda reflexión pero fácil lectura que se reúnen en este libro, que sin duda puede contribuir a solucionar muchos de los problemas que actualmente vive el partido.

Entre estos problemas, por mencionar uno de los más visibles, está el de la unidad. Yo no estoy ahí para constatarlo, pero estoy seguro de que en este evento se han reunido personas que apoyan a distintas corrientes dentro del PAN, que trabajan con alguno de los diversos grupos e incluso que respaldan a cualquiera de los precandidatos a la Presidencia de la República.

Sin embargo, más allá de estas diferencias, aquí estamos todos, recordando, compartiendo las cosas que nos unen, evocando la memoria de las ideas que nos son comunes a todos y que siguen siendo las banderas más señeras de Acción Nacional.

Celebro que, a pesar de todo, sigamos teniendo estas ideas, esta doctrina, estos “motivos espirituales” que nos trascienden, que hay que cuidar porque serán nuestro legado, que hay que nutrir porque eso de llamar a un hombre “el último ideólogo” es más bien un mea culpa por nuestras actuales omisiones.

Celebro todo esto y agradezco de nuevo su asistencia, recordando que el mejor homenaje para un hombre como mi padre, que amó la palabra, es precisamente recordarlo a través de las palabras que fueron suyas y, gracias a su generosidad, hoy son patrimonio vivo del panismo en todo país.

Atentamente,

Carlos Castillo López

lunes, 5 de septiembre de 2011

MORALEJAS DE PREPRECAMPAÑA VII



Moraleja No. 72 Criticar el optimismo ajeno puede terminar en un peligroso juego al balero. 

Moraleja No. 73 Recuerde las enseñanzas del laicismo: no es lo mismo decir que "cree que será candidato" a decir "seré candidato". 

Moraleja No. 74 Que sus declaraciones sean absurdas y un medio las transforme en noticia es la medida de la simpatía o repudio de ese medio hacia su persona. 

Moraleja No. 75 Hay lealtades que no se pagan con ningún sueldo y principios que no se aprenden en ningún manual.


Moraleja No. 76 Si usted sugiere pactar, ¿no será porque antes usted ya pactó?

Moraleja No. 77 ¿Acaso pensó que esto es un subeybaja o una montaña rusa? No la muele: la humildad es conocer los propios límites.


Moraleja No. 78 Competir en la interna sabiendo que va a perder para negociar después posiciones para los cuates es una bajeza.  


Moraleja No. 79 Hay destapes que indignan, descartes que duelen y necedades que hartan.  

Moraleja No. 80 Sonríe. Declara. Sonríe de nuevo. Declara y declara y declara. Otra vez sonrisa. Al final, no dijo nada. 

Moraleja No. 81 Si anda toreando las consecuencias de lo que permitió hace años, la cornada llegará tarde o temprano. 

Moraleja No. 82 Dedíquese a informar menos y a trabajar más: sus representados lo agradecerán.


Moraleja No. 83 No hay presidentes plurinominales.



Para conocer las versiones anteriores de estas Moralejas de Preprecampaña, puede consultar:  
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/07/moralejas-de-preprecampana-iii.html 
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/07/moralejas-de-preprecampana-iv.html 
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/08/moralejas-de-preprecampana-v.html 
http://altaneriasyaltaneros.blogspot.com/2011/08/moralejas-de-preprecampana-vi.html