lunes, 19 de enero de 2015

Comentario sobre Charlie Hebdo




Si haciendo uso de mi libertad me siento a comerme un pollo en medio de 50 personas que padecen hambre, no sería raro que alguno me mate por robarme el pollo. 

Su crimen sería condenable, lo mismo que es condenable mi actitud hacia quienes padecen hambre. 

Moraleja: en alguna parte debe caber la prudencia (es más difícil ser prudente cuando se padece hambre).