jueves, 26 de julio de 2012

Manual teórico-práctico para perder una elección



1) Una vez que llegues, busca el modo de destituir a quien te ayudó a conseguir el triunfo.

2) Llena ese lugar con un perfil bajo pero que te garantice obediencia.

3) Modifica las leyes internas y externas para que la siguiente elección sea un caos.

4) Otorga una posición a tus fieles en los puestos de representación popular, de tal modo que puedas controlar lo que ocurra.

5) En las elecciones intermedias, busca que la estrategia sea refrendar tus planes, gastar mucho y perder los bastiones que históricamente habían sido de tu partido.

6) Haz que renuncie el responsable de la estrategia que llevó a la derrota (obviamente, no serás tú) y da el lugar a alguien que se comprometa a reparar los daños hechos por su antecesor.

7) Busca el modo de incrementar tu padrón de afiliados de tal suerte que tu partido se vuelva incontrolable.

8) En la siguiente elección, alíate con tus contrarios en ideología para despistar a los de casa y que a la postre no sepan con quién identificarse. Procura que esas alianzas sean en estados que no te generarán votos en futuras ocasiones.

9) Busca que en la siguiente elección para jefe de tu partido participe el mayor número posible de candidatos, pero que todos sean sumisos, fieles a tu causa o que al menos te deban algún favor.

10) Premia a los derrotados de esa elección con un puesto que desconcierte a propios y ajenos (es importante generar polémica)

11) Procura que el ganador tenga el perfil más bajo posible (tibio, indeciso y manipulable) para encabezar a tu partido de cara a los próximos comicios.

12) Cuando llegue el momento de elegir a tu sustituto, procura que la competencia sea entre el mayor número posible de aspirantes, todos o la mayoría fieles a ti, de tal suerte que las fuerzas del partido se dividan en muchas propuestas.

13) A los que no entren en la categoría señalada en el punto anterior, presiónalos con las herramientas que proporciona el poder para que desistan de su osadía.

14) Es importante que el ganador de esa contienda tenga el menor número de aptitudes para ganar una elección entre la sociedad, así como un equipo de asesores que lo conduzca directo a la debacle con cada decisión que tome; de este modo, estarás listo para la contienda que se avecina.

15) Siéntate en tu sillón a esperar resultados, frótate las manos porque habrás cumplido tu cometido y sé de inmediato el primero en proponer partir de cero para reparar todo lo que rompiste.

¡RESULTADOS GARANTIZADOS!

martes, 3 de julio de 2012

Acción Nacional: razonar la derrota para llegar a soluciones razonables


Foto: www.pan.org.mx




Nosotros tenemos identidad, podemos apostar por nosotros mismos. 

Es un panismo orgulloso de sí mismo, que sabe decir lo suyo 

y llamar perros a los perros y gatos a los gatos: 

Carlos Castillo Peraza


La reacción ante la derrota lleva a soluciones simplistas por intempestivas, que buscan, en primer lugar, adjudicar culpas: pedir renuncias, exigir "cabezas" y "juicios sumarios", señalar responsables...

Todo ello empaña la reflexión adecuada, serena y objetiva que realiza primero un diagnóstico y luego busca soluciones. Sirvan las líneas que siguen como una muy personal manera de contribuir al diagnóstico, en espera del espacio propicio para empezar a proponer soluciones.



Datos duros y crudos

1) El PAN pasó de ser primera fuerza en Jalisco y Morelos, a ser la tercera.


2) El porcentaje de votos obtenidos por Josefina Vázquez Mota revela que sólo votó por ella el llamado "voto duro", es decir, que no se llegó a convencer ni a indecisos y mucho menos a arrebatar votos a otras fuerzas políticas.


3) Hay un sentimiento generalizado del mal desempeño del Comité Ejecutivo Nacional en su papel de acompañar, respaldar y "arropar" a su candidata federal y a los candidatos de los distintos procesos locales.


4) El PRD pasa a ocupar, en cuanto a porcentaje de votos captados, el lugar que otrora tuvo Acción Nacional como segunda fuerza política.


5) No se cubrió la representación partidista en el 100% de las casillas.


6) La organización territorial fue defectuosa, mal concebida y dividida.


7) La comunicación a lo largo de la campaña dispersó la atención en numerosos mensajes y fue incapaz de centrarse en atributos positivos, pues siempre se partió de señalar lo malo del adversario y no las ventajas del proyecto de Acción Nacional.


8) Se dejó de lado la "marca PAN" para centrarse en propuestas que anteponen a la persona y no al proyecto de partido en conjunto.


9) Se desperdició el capital político inicial que dejó el proceso interno de Acción Nacional y no se supo explotar el valor de contar con un proceso democrático propio, como no lo tuvo ningún otro partido.


10) La unidad en el nivel local se vio mermada por proyectos personales que dividieron al PAN y mermaron su fuerza en campaña.



Diagnóstico

1) La derrota de 2012 no surge de la nada y viene antecedida por la racha de fracasos locales acaecidos en 2009, 2010 y 2011. La incapacidad del PAN de solucionar los problemas internos que originaron esas derrotas generaron descontento, apatía, indiferencia y distanciamiento por parte de electores, militantes y liderazgos, desdibujando incluso la imagen de Acción Nacional frente a la sociedad, presentándolo como un partido perdedor y de malos gobiernos.

A esto se suman las designaciones, las trampas, los cacicazgos locales y el mal perfil de muchos candidatos a puestos locales, fruto de prácticas que atentaron contra la democracia interna del PAN y han viciado sus procesos durante varios años, generando de igual modo la sensación de que "todos los políticos son iguales", incluidos los panistas, cuando se solía tener la imagen de que el panismo hacía las cosas distintas.

No se trata de generalizar y tampoco se busca señalar de manera directa a nadie, pero sí que cada cual asuma de manera propia su parte de responsabilidad y busque, primero de manera individual o luego de modo colectivo, los caminos que reparen este daño infligido al panismo, a la sociedad que confió en él y al país.



2) Muchas decisiones del Comité Ejecutivo Nacional han obedecido a una visión centralista, poco sensible y en ocasiones hasta ignorante de la situación local de los comités estatales. Se ha premiado la fidelidad ciega y dócil en denuesto del perfil crítico y libre de los militantes, que distinguiera durante años a los miembros del PAN. Se ha buscado callar al inconforme o relegarlo a la "congeladora", así como castigar a quien asume una postura contestaria o que no coincide con la dirigencia nacional.

Esto ha llevado a la mediocridad de muchos comités, generando un círculo vicioso en el que el sumiso tiene el premio, el ascenso o el cargo público que perderá el inconforme, impulsando así la creación de grupos de poder –cacicazgos– que atentan contra el correcto desarrollo democrático de los procesos locales en aras de no perder la "cuota" de poder obtenida.

De este modo, se ha perdido buena parte del impulso y de la fuerza que el PAN recibía de sus comités estatales y municipales, a través de la improvisación de liderazgos falsos que se sustentan en el abuso, la trampa, la coacción y las prácticas ajenas a la democracia, a los estatutos y los valores de Acción Nacional. 

Las comisiones de orden se vuelven pues el órgano punitivo cooptado por las dirigencias para legalizar sanciones, expulsiones o amonestaciones.

Las diversas dirigencias panistas nacionales han solapado estas actitudes o hecho poco por resolverlas de manera integral y efectiva, postergando su solución y, en cambio, dejándolas crecer, lo cual fomenta y vuelve rentable un comportamiento antidemocrático que muchas veces priva al partido de elegir entre sus mejores cuadros para dar el lugar a quienes abusan, entregan despensas, utilizan padrones y otras prácticas ajenas al correcto funcionamiento interno del PAN.

Asimismo, esto ha propiciado que la integración del Consejo Nacional y de los diversos consejos estatales padezca vicios similares, afectando a la postre la óptima conformación de las presidencias locales y nacional.

Se gobierna al PAN desde el escritorio de una oficina, sin sensibilidad hacia las dirigencias y, en caso de ser necesario, citándolas a todas en la sede nacional, lo que genera distanciamiento, decisiones erróneas por no conocer los problemas a través de las distintas partes y un sentir de abandono y desinterés, lo que resta autoridad, liderazgo y fortaleza al Comité Ejecutivo Nacional.

A esto hay que añadir el haber contado en seis años con cuatro presidentes nacionales, lo que complica los planes de mediano y largo plazo, lleva a gastos excesivos, a renovación de personal continua y genera además improvisación, abusos y una visión inmediata que resulta incapaz de proyectar un esquema para establecer un rumbo claro.



3) La organización del ejército electoral fue tardía y por ello, poco efectiva. Se invirtió mucho dinero en generar la estructura que realizara una "operación de tierra" que tuvo que deshacerse, volverse a hacer, despedir y recontratar y que por todo esto careció de profesionalismo y seriedad. Se duplicaron funciones, se cometieron errores absurdos, se dio prioridad a asuntos menores y no se logró cubrir el 100% de las casillas el día de la elección. 

Además, se volvió costumbre buscar remuneraciones en cuestiones que antaño eran voluntarias, lo cual ha generado el aumento sustancial del costo de algo que antes generaba responsabilidad entre militancia y sociedad, contribuyendo a formar la escuela ciudadana por la que tanto ha luchado el PAN.

Llama también la atención cómo esta falta de mística en el trabajo partidista ha llevado a buscar alianzas que, si bien posibilitan alguna victoria ocasional en el nivel local, no reditúan a la postre en el plano federal y mucho menos contribuyen a fortalecer en el mediano y largo plazos a Acción Nacional, lo cual es significativo en estados como Puebla, Oaxaca o Sinaloa, donde la imagen y el prestigio de un partido que prefería "apostar por sí mismo" se ve afectada por la voluntad de ganar por ganar, incluso traicionando los propios principios. 

En este punto entra lo ocurrido en el Distrito Federal, donde las prácticas señaladas en el apartado segundo de este texto, así como la concepción errónea de "abrir el partido a la ciudadanía" –relegando a liderazgos naturales y de gran prestigio entre el panismo por dar prioridad a ciudadanos que, sin dudar de su labor desde la sociedad civil, conocen poco al PAN y terminan a la postre siendo malos candidatos– llevaron a un descalabro como hacía más de una década no ocurría en la Jefatura de Gobierno.

En este sentido, quedó demostrado que el método de la afiliación masiva no genera resultados óptimos al PAN, pues la falta de cursos de doctrina, capacitaciones a la militancia y a los candidatos y de actividades que fortalezcan el sentido de pertenencia y construyan auténticos panistas, repercuten de manera directa en la calidad de quienes son postulados. 

Sin duda hay que abrirse a la sociedad, pero también dejar en claro que el modo de hacer política y de ejercer el poder en Acción Nacional está basado en principios y valores que han hecho al PAN lo que fue en sus mejores tiempos, y que el candidato y todo aquel que desee participar debe compartirlos, conocerlos y promoverlos no como parte de un proyecto personal sino más bien consciente de que forma parte de una tradición rica y valiosa, que ha aportado mucho al desarrollo de la democracia en México y que precisamente por eso, se sabe, se siente y tiene la fortaleza para presentarse como una opción diferente.

Estos valores de Acción Nacional son los que trascienden a las personas y hacen que en un proyecto personal no se sacrifique el futuro sino que, al contrario, el proyecto individual se sume a una historia en la que más allá de hablar de victorias y derrotas electorales, se busca y en alguna medida se ha conseguido la transformación profunda del país y de sus instituciones. 

No obstante, cuando la suma de malas prácticas internas tergiversan estos valores es que la "marca PAN" comienza a estorbar, y entonces se apuesta sólo por el nombre de quien contiende en la boleta, relegando por "inconveniente" o "poco presentable" lo que debiera ser la primera carta de presentación. 

¿Cómo presumir o enorgullecerse de la democracia interna frente a los adversarios que jamás se someten a la voluntad de su militancia, cuando algunos procesos del PAN son amañados o francamente caen en la trampa, por no llamarla ilegalidad? ¿Cómo "apostar por nosotros mismos" cuando estamos avergonzados de nosotros mismos?



4) Desde hace años, el PAN en el nivel federal ha mostrado una gran incapacidad de informar a la ciudadanía acerca de sus logros como gobierno. No son cosa menor ni sencilla la estabilidad económica, el combate al crimen organizado o los avances frente al autoritarismo que han logrado los gobiernos de Acción Nacional, como tampoco lo son la ineptitud, la opacidad, la ilegalidad y el atropello de muchos de sus oponentes. Y no obstante, no se ha podido marcar un contraste claro entre un modo y otro de ejercer el gobierno. 

Los ejemplos de estrategias fallidas son muchos: la campaña de 2009 y sus señalamientos a la complicidad priista con el crimen organizado, que no sirvieron para evitar la derrota; las acusaciones probadas de la deuda de Coahuila, que no lograron frenar el crecimiento del PRI; los señalamientos sobre los feminicidios y la corrupción en el Estado de México, que no alcanzaron ni para llegar al segundo lugar en las elecciones locales; los cientos de obras inconclusas en aquella entidad, que no sirvieron para mover un ápice la preferencia electoral hacia el PRI.

Es mucho lo malo que hicieron los rivales o lo bueno que dejaron de hacer; pero si a la acusación no se suma una propuesta, un contraste y una promoción efectivos, está probado que de nada sirve mostrar cuán malos son los otros si no se puede decir atinadamente lo de positivo y transformador que hay en la labor del PAN.

El caso no es general y cuenta con excepciones francas y notorias, sobre todo en el plano local, más fácil de manejar en este sentido y donde se han logrado refrendar triunfos, pero sí ha marcado a la dirigencia nacional panista desde hace dos sexenios.

Así, resulta también irónico el ser un partido con una doctrina profunda y seria y a la vez ser incapaces de comunicar cómo ese pensamiento impregna y acompaña las grandes decisiones y los avances que México ha vivido bajo las dos presidencias de la República emanadas de Acción Nacional. 

No se puede comunicar lo que no se conoce, y la doctrina del PAN es cada vez más ignorada por muchos de sus líderes o reducida a un puñado de "frases bonitas" que adornan los discursos en los que cada vez menos creen, de tal suerte que las palabras y los ideales se vuelven incapaces de "mover almas" para simplemente disfrazar la suma de intereses grupales o individuales, más obstinados en obtener la siguiente designación o la próxima plurinominal que en preservar, difundir y ampliar unos principios o una doctrina.

Este literal manoseo de las ideas y de los nombres de grandes panistas ha desvirtuado el valor de sus palabras, y con ello la importancia que la doctrina tiene para Acción Nacional: como se apunto líneas arriba, eje indudable de la acción partidista, por desgracia, malversado y desperdiciado por oportunistas, arribistas o simples amigos del lider en turno, beneficiados con el nombramiento de ocasión y por ello sumisos y "en deuda".


* * *


Estas son, a mi parecer, las principales, aunque no únicas, razones que han dibujado la derrota del PAN los últimos años. Ojalá que exista la voluntad, el liderazgo, la generosidad y la altura de intención para tomar las medidas que lleven a corregir las cada vez más frecuentes prácticas que dañan al partido y a sus militantes, y que privan a la sociedad de contar con un instrumento democrático para encauzar las fuerzas, las ganas y la disposición de seguir transformando a México.