viernes, 6 de octubre de 2017

Carta urgente a jóvenes panistas


Foto: www.youtube.com


Es un tiempo complejo para el Partido. 

Complejo por temas internos, pero sobre todo, complejo de cara al deber de todo panista de anteponer a todo interés parcial el bien superior de la nación.

No quisiera tener que escribir en estas circunstancias, pero considero que es buen momento para alejarse de la reacción visceral, del comentario hiriente, de la ofensa fácil, del insulto bajo.

Es momento, en cambio, de reflexionar qué está pasando. 

Y lo que pasa, en síntesis y sin ahondar en detalles, es que el conflicto, natural y normal en todo grupo humano, superó las posibilidades de solución y pareciera estar arrastrando a muchos panistas.

La solución a un conflicto se logra por medio de la palabra, del diálogo, del acuerdo, de la generosidad, de la buena disposición, de la negociación justa, de las posturas capaces de ser flexibles y ceder en lo individual para así ganar todos.

Hoy perdimos todos los panistas: los que se van y los que se quedan. 

Perdimos porque no supimos llegar a un acuerdo. 

Perdimos porque ninguna deserción puede aplaudirse ni celebrarse, ni tampoco la soberbia puede cegar a quienes eligen permanecer.

Esa ruta solo nos lleva a donde precisamente estamos hoy: con la esperanza de que es posible seguir impulsando un cambio pero la certeza de que de ahora en adelante será más complejo, porque somos menos.

Esta breve carta es para invitarte a no caer en la trampa del rencor o la venganza, de la burla o el escarnio. Es también para recordar que si el presente es complejo, el futuro está abierto a lo que podamos mejorar a partir de hoy.

No compres pleitos ajenos, no creas que debes elegir entre bandos, no te sitúes entre la espada y la pared porque las decisiones que se toman desde esa postura seguramente serán erróneas.

Si alguien más se equivocó, no actúes como un seguidor ciego que está obligado a tomar partido. 

Eres libre de tomar tus decisiones y también libre de expresarlas o no. 

Nadie puede obligarte a seguir a nadie, ni hacia adentro ni hacia afuera, y si tomas una decisión, que sea pensando en que tarde o temprano todos debemos ser capaces de coincidir de nuevo.

No traces un camino que haga imposible el gozo de volverte a encontrar con quienes piensan distinto pero con quienes compartes valores, ideales y sueños.

No te enfrasques en debates estériles ni humilles a quienes no coinciden contigo. 

Son tiempos complejos y sería de ilusos no reconocerlo. 

Nos toca, una vez más, estar a la altura de los retos que enfrentamos, y esos retos exigen madurez, serenidad y, de nuevo, generosidad.

Hay un México que espera por nosotros, al que le tiene sin cuidado lo que pasa en el Partido porque es un México que tiene hambre, que sufre la violencia, que padece las malas decisiones de buena parte de su clase política.

Cuando subas un tuit, cuando compartas o hagas un meme, cuando expreses una opinión, piensa ante todo en las y los mexicanos que no quieren un futuro lejano sino al contrario: exigen y merecen esperanza presente.    

No rompas los puentes que nos lleven a encontrarnos de nuevo.

Si hoy es el tiempo de los jóvenes, como seguro has escuchado y creído, toca a las y los jóvenes panistas tener la capacidad y la madurez de mirar más allá de lo inmediato, de lo momentáneo, y poder así trazar un mejor porvenir.