viernes, 3 de agosto de 2012

Filosofía de la resistencia, argumentos para la inconformidad




El periodista Jean Daniel compartió con Camus mucho más que una amistad profesional: ambos vivieron la Francia de entreguerras, coincidieron en la defensa de la independencia argelina, tierra que a los dos los vio nacer, bajo un sol radiante y que todo lo abarcaba, como ya relató alguna vez Camus en El extranjero, en sus Carnets o en el Revés y el derecho: la luminosidad como un reducto en el cual ese existencialismo –hoy anacrónico y relegado al olvido– encontró un espacio para salvar al ser y trascender.

¿Qué mejor que leer de esa voz, determinante para el periodismo galo y fundadora de uno de sus semanarios de más prestigio, L’Express, el retrato de un filósofo que apostó por la vida cuando la mayoría exigía la muerte? ¿Hay acaso mejor testigo que el que estuvo a un costado, adoptó como propias las batallas, desistió después pero siempre estuvo cerca, al pendiente?

Jean Daniel recrea en su libro Camus. A contracorriente (Galaxia Gutenberg, 2008) esa cercanía que, sin caer en la complicidad, evoca una etapa crucial para el pensador, el crítico, el hombre que nunca dudó en condenar la bomba atómica, incluso cuando todos alrededor aplaudían esa evocación del extermino masivo; el periodista que ante el asesinato de los ocupantes alemanes de su país, escribió: “nadie puede pensar que una libertad conquistada en esta noche y con esta sangre tendrá el rostro tranquilo y doméstico que a algunos les gusta atribuirle en sus sueños”.

No son pocas las biografías célebres de Camus: desde la publicada por Herbert R. Lottman (Taurus) o la de Olivier Tood (TusQuets), hasta la de reciente aparición Albert Camus. Elementos de una vida, de Robert Zaretsky (Biblioteca Buridán, 2012); pero quizá ninguna ahonde tan profundo en la formación que tuvo Camus en la trinchera informativa, ya fuera como corresponsal para el mítico periódico Combat y sus relatos acerca del conflicto de Argelia, decisivos en su formación intelectual, como crítico y detractor del terrorismo (que más tarde contribuiría a la creación del drama Los justos), o como retratista de un país que surgía de la segunda guerra mundial con el ánimo de venganza y revancha que caracteriza a quien busca ajustar cuentas con el pasado para ilusamente justificar la posibilidad de un futuro.

Fue también desde la prensa que Camus decidió romper con el comunismo, con Sartre, con los ideales de una juventud que se desvanecían ante la inminencia de los campos de exterminio de Stalin, del asesinato selectivo del disidente en nombre de un futuro impreciso y que al final de cuentas nunca llegó. Una rebeldía que a la par constituyó el transfondo filosófico de El mito de Sísifo y su continuación, El hombre rebelde.

Camus fue el filósofo de la inconformidad, de la voz que se alza desde las ideas y manifiesta su opinión incluso cuando ésta resulta contraria al pensamiento generalizado y preponderante. Ajeno a modas y tendencias, en palabras de Jean Daniel “fue, ciertamente, el primero en ese siglo XX en profetizar la época en que ya no podremos apoyarnos en modelos del pasado ni refugiarnos en proyectos de futuro, en la que estaremos obligados a llevar una vida vertical, con una lucidez constante y casi inhumana respecto a un destino que se juega cada segundo”.

Y quien no vea en el presente de la humanidad esta condición no ha contemplado el rostro más crudo y real de una actualidad que se antoja sin ideales, que deglute y excreta la reflexión para tornarla materia de desperdicio, relegada al olvido, a la incomodidad de un zumbido que alerta pero que se pierde frente a la fugacidad del instante, inasible, destinado casi sin remedio a no permanecer.

La rebelión frente a lo establecido, la inconformidad ante la cultura del servilismo y los ideales de ocasión; la altanería que no dudaba en señalar los equívocos, las contradicciones, el absurdo de las justificaciones que llegaban a convertir al verdugo en víctima y al inocente en culpable. El retrato de una época en la que Camus escribía “Vivir no es resignarse”.

Camus. A contracorriente de Jean Daniel es, en fin de cuentas, una biografía breve pero precisa de quien con argumentos y fundamentos se atrevió a decir “no”. 


Jean Daniel, periodista francés


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