Marzo de 2011, Villahermosa, Tabasco: a petición de Gerardo Priego, asistimos Clau y yo a dos eventos organizados por la Fundación Impulsa, que preside el ex diputado panista y ex secretario de Vinculación con la Sociedad del CEN del PAN.
Luego de la desmañanada, aterrizamos en esa ciudad a las 10am, con un primer escenario que proporcionó la vista aerea: las curvas majestuosas del Grijalva que serpentean entre lagunas e islas donde se instala la capital del estado, y la frondosa vegetación que se amontona más allá de donde la vista abarca. El calor no era tanto como esperábamos y el desayuno, en un restaurante llamado "El Edén", nos deleitó con la variedad de la cocina local: tamales de chipilín, frutas de todos colores y sabores, plátanos fritos y un bufete que no recuerdo con exactitud pero que fue explicado a detalle en su elaboración y preparación por las cocineras el lugar.
El cuarto del hotel tiene vista a una de esas lagunas que observé desde las alturas y la calma del sábado por la mañana nos permite contemplar esa riqueza natural de uno de esos tantos sitios de México que, no obstante contar con la generosidad de la naturaleza, padecen la mala administración de sus gobernantes; algunos dicen que es fruto de una sociedad acostumbrada a "estirar la mano y encontrar la comida", frente a otras civilizaciones que para tener agua deben excavar, caminar, explorar... El argumento me parece simplista y, junto con ese otro de que "el calor vuelve holgazana a la gente", una suma de justificaciones que no alcanza a dar razón de lo que pasa o deja de pasar, pues la cercana Mérida o la aún más próxima Veracruz son regiones de alto potencial y desarrollo (en algunas de sus zonas) que padecen las mismas condiciones del medio ambiente y, sin embargo, han tenido importantes épocas de prosperidad.
En lo personal, prefiero las razones que proporcionan décadas de malos gobiernos aunadas a una cultura nacional conformada tras décadas de autoritarismo y que hacen de la corrupción y la deshonestidad una característica del país, reflejada incluso en refranes como ese de "el que no transa no avanza", "año de Hidalgo", "el que se mueve no sale en la foto" y otros tantos que son parte del habla común de los mexicanos, sobre todo de una buena parte de la clase gobernante.
El único evento del día fue una entrevista en la radio, en la que aproveché para promocionar la edición conmemorativa del décimo aniversario luctoso de mi padre y la revista La Nación, así como criticar a los medios locales que aceptan ser corrompidos por la autoridad en turno, práctica deleznable pero común en algunos informadores del interior de la República (y de la capital, y de todo el mundo). Fue un gusto comprobar que el locutor conocía la obra de Castillo Peraza y que esa semilla sembrada por sus ideas alcanzaba, todavía diez años después, a florecer en tierras tan fértiles y generosas.
Luego unas horas de descanso, recuperar el sueño perdido y dedicar la tarde a admirar el ocaso de esas tierras de cielos bajos donde el fresco de la tarde lleva en la brisa el sabor de la piel ardiente, de los ojos oscuros; el graznido de millones de aves parece a esas horas relatar el curso del día a gritos, justo antes de que la noche llegue con el rumor de cocodrilos que se asoman, chapotean y vuelven a su dominio, el de millones de insectos que acompasan con sus alas, su andar o su arrastrarse la oscuridad que permite contemplar planetas y constelaciones.
Tras un desyuno ligero llegamos a las instalaciones del Comité Directivo Estatal, donde ya nos esperan unas 150 personas, tanto panistas como miembros de la sociedad que Gerardo Priego ha reunido en torno a su Fundación. Es destacable esa labor de acercamiento con la ciuddanía que Priego Tapia ha realizado en el último año y medio: así como desde el CEN del PAN pudo acercar al partido a especialistas en temas como la ecología, los derechos humanos y la cultura, y sumar sus propuestas e ideas a la campaña presidencial, desde Impulsa ha generado el mismo trabajo afortunado con el que se canalizan las fuerzas de los grupos de especialistas hacia aquellos encargados de tomar decisiones, en un encuentro auténtico de la sociedad con la clase política, más allá del oportunismo electoral, de las alianzas y centrándose en soluciones a conflictos detectados por quienes están más cerca de un problema que aquellos que simplemente admisitran desde escritorios y oficinas según su distante entender.
Mi charla versó sobre los valores de la generosidad y la responsabilidad en el ejercicio de la política, tema que me ha apasionado desde que tuve la fortuna de tratar a Carlos Abascal y en el que he encontrado grandes incongruencias entre la prédica y la práctica del PAN; también comenté algunos puntos acerca de la herencia que reciben los militantes y dirigentes de Acción Nacional, forjada en setenta y un años de esfuerzo partidista y cómo el famoso lugar común de "todos los políticos son iguales" es un gran agravio al panismo (en ocasiones merecido), pues es el único partido que se ha perfilado como una opción auténtica en el modo de ejercer la política.
Antes habló en Presidente del Comité del PAN y, después, Gerardo Priego, quien agradeció la libre asistencia de los participantes y destacó la presencia de Xóchitl Pimienta, Claudia Villa, Erandi y Beatriz, que han estado con él desde hace años y creen como muchos más en la dedicación y trabajo del que con cariño y respeto aún llaman "jefe".
El segundo evento fue una comida a la que llegaron unas 200 personas, en la que intervine con un brve recuento de cómo conocí a Gerardo: tal como lo escribí en el libro "Diálogo entre generaciones", le debo a él mi incursión en las actividades partidistas de Acción Nacional, pues luego de muchos años de permanecer ajeno fue bajo la convocatoria que realizó desde la Secretaría de Vinculación que fui llamado a colaborar en el área de Cultura. Gerardo ya no lo recordaba, quizá nunca la supo, pero era importante señalarlo en ese sitio, donde además se dieron cita más miembros de la sociedad, representantes en temas de salud, de nuevo cultura, empresarios, además de panistas que lo reconocen como líder y respaldan sus proyectos tanto sociales como partidistas.
Al terminar, una pausa para un cigarrillo afuera del lugar del evento, con el calor del mediodía exigiendo un rescoldo de sombra para disfrutar. Un hombre de unos cuarenta años se acercó entonces y, palabras más palabras menos entablamos el siguiente diálogo:
–¿Usted es hijo de Don Carlos?
–Así es, desde chiquito.
–Yo escuché a su padre hace muchos años, y bueno, yo me dedico a los banquetes y me toca atender a políticos de todos los partidos; la verdad nunca les pongo atención porque todos dicen lo mismo, pero al escuchar a su padre hasta dejé de servir, porque me atrapó lo que decía... Hablaba con tanta claridad y tan convencido que los compañeros me empujaban para que siguiera trabajando porque ahí estaba yo, embobado.
–Muchas gracias señor, la verdad es que lo extrañamos.
–Sí señor, todos dicen los mismo y la verdad yo trabajo para elos por allí donde estoy hay poca chamba, pero siempre se detienen ahí a hacer sus eventos, y pues hay que trabajar, pero con su papá fue distinto. Me pasó lo mismo hoy, con este Señor Priego; ojalá sea candidato.
–...
Se despidió para continuar cargando la camioneta donde transportaba sus enceres de cocina y ahí me quedé yo, embebido con el asombro de cuán lejos puede sembrarse una semilla de ideas y cuánto tiempo después aún sigue dando frutos buenos. Un alma que de verdad se movió, pensé, como hubieran querido los fundadores del PAN.
Recordé que un parte de "Volverás" se desarrolla en Tabasco, en los tiempos de la presecución cristera. Y ahí, frente a la Iglesia de la Conchita que defendiera Salvador Abascal del fanatismo anticlerical, terminamos ese día, con una nieve de mamey (la bolsa de semen del trópico, que dijera el poeta Pellicer) a la vera del Grijalva, bajo un sol que ya cedía sus calores a las últimas horas del domingo, entre el tañido de campanas y el concierto de las aves que volvían a sus ramas.
Sin palabras y mudo ante tu comentario, una excelente reseña y diálogo de tu visita en nuestra querida tierra. Recibe mi más afectuoso saludo y admiración y expresarte que fue un gusto compartir unos minutos contigo y tu esposa además de Xochitl, Erandi y Bety.
ResponderEliminarUn gran abrazo amigo! Graxias por su hospitalidad y esepro vernos pronto!
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