sábado, 25 de febrero de 2017

Juego de espejos y perspectivas


Foto: limulus.mx


Hay quienes sólo son capaces de crecer rodeándose de mediocres que les hacen verse más grandes.

Quizá sea por miedo, por inseguridad, por no querer verse opacados, por no permitir que nadie brille más que ellos mismos... O quizá por una mezcla de todas las anteriores.

Y ahí van por la vida, crecidos bajo una lente de aumento que se forma de adulación, de aplauso fácil, de autosatisfacción y de ego hinchado. 


Foto: taringa.net
Pero es todo una propia fantasía, como esos espejos que alteran la figura parar arrojar una imagen nuestra más obesa, inflada, tergiversada y deforme: lo peor es que asumen esa figura ilusoria como la realidad, y terminan convencidos de que ES la realidad.

Y la siguiente vez que se miran al espejo, ya no necesitan que éste les deforme. Ya asumieron esa figura y no hay error, falta o caída que les haga pensar que son o podrían ser de otro modo.

Entonces la culpa de aquella omisión probable –porque siempre quedará la duda de si en verdad es real el error– es de la suerte, de la mala leche ajena, de las "circunstancias", de un enemigo tan imaginario como ellos mismos.

Foto: psycodreamtheater.org
Y ese enemigo no es sino su estatura original proyectada ante a quienes sí crecieron por la sombra que otros proyectaban y se esforzaron por alzarse hasta ver la luz.

Así nacen los líderes auténticos y así también nacen los déspotas: un proceso opuesto que usted puede comprobar de manera cotidiana.



 

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