El periodista Jean Daniel compartió con Camus mucho más que una
amistad profesional: ambos vivieron la Francia de entreguerras, coincidieron en
la defensa de la independencia argelina, tierra que a los dos los vio nacer,
bajo un sol radiante y que todo lo abarcaba, como ya relató alguna vez Camus en
El extranjero, en sus Carnets o en el Revés y el derecho: la luminosidad como un reducto en el cual ese
existencialismo –hoy anacrónico y relegado al olvido– encontró un espacio para
salvar al ser y trascender.
¿Qué mejor que leer de esa voz, determinante para el
periodismo galo y fundadora de uno de sus semanarios de más prestigio, L’Express, el retrato de un filósofo que
apostó por la vida cuando la mayoría exigía la muerte? ¿Hay acaso mejor testigo
que el que estuvo a un costado, adoptó como propias las batallas, desistió
después pero siempre estuvo cerca, al pendiente?
Jean Daniel recrea en su libro Camus. A contracorriente (Galaxia Gutenberg, 2008) esa cercanía que, sin caer en la complicidad, evoca una etapa crucial para el pensador, el
crítico, el hombre que nunca dudó en condenar la bomba atómica, incluso cuando
todos alrededor aplaudían esa evocación del extermino masivo; el periodista que
ante el asesinato de los ocupantes alemanes de su país, escribió: “nadie puede
pensar que una libertad conquistada en esta noche y con esta sangre tendrá el
rostro tranquilo y doméstico que a algunos les gusta atribuirle en sus sueños”.
No son pocas las biografías célebres de Camus: desde
la publicada por Herbert R. Lottman (Taurus) o la de Olivier Tood (TusQuets),
hasta la de reciente aparición Albert
Camus. Elementos de una vida, de Robert Zaretsky (Biblioteca Buridán, 2012); pero quizá ninguna ahonde tan profundo
en la formación que tuvo Camus en la trinchera informativa, ya fuera como
corresponsal para el mítico periódico Combat
y sus relatos acerca del conflicto de Argelia, decisivos en su formación
intelectual, como crítico y detractor del terrorismo (que más tarde
contribuiría a la creación del drama Los
justos), o como retratista de un país que surgía de la segunda guerra
mundial con el ánimo de venganza y revancha que caracteriza a quien busca
ajustar cuentas con el pasado para ilusamente justificar la posibilidad de un
futuro.
Fue también desde la prensa que Camus decidió romper
con el comunismo, con Sartre, con los ideales de una juventud que se
desvanecían ante la inminencia de los campos de exterminio de Stalin, del
asesinato selectivo del disidente en nombre de un futuro impreciso y que al
final de cuentas nunca llegó. Una rebeldía que a la par constituyó el
transfondo filosófico de El mito de
Sísifo y su continuación, El hombre
rebelde.
Camus fue el filósofo de la inconformidad, de la voz que se alza desde las ideas y manifiesta su opinión incluso cuando ésta resulta
contraria al pensamiento generalizado y preponderante. Ajeno a modas y
tendencias, en palabras de Jean Daniel “fue, ciertamente, el primero en ese
siglo XX en profetizar la época en que ya no podremos apoyarnos en modelos del
pasado ni refugiarnos en proyectos de futuro, en la que estaremos obligados a
llevar una vida vertical, con una lucidez constante y casi inhumana respecto a
un destino que se juega cada segundo”.
Y quien no vea en el presente de la humanidad esta
condición no ha contemplado el rostro más crudo y real de una actualidad que se
antoja sin ideales, que deglute y excreta la reflexión para tornarla materia de
desperdicio, relegada al olvido, a la incomodidad de un zumbido que alerta pero
que se pierde frente a la fugacidad del instante, inasible, destinado casi sin
remedio a no permanecer.
La rebelión frente a lo establecido, la inconformidad
ante la cultura del servilismo y los ideales de ocasión; la altanería que no
dudaba en señalar los equívocos, las contradicciones, el absurdo de las
justificaciones que llegaban a convertir al verdugo en víctima y al inocente en
culpable. El retrato de una época en la que Camus escribía “Vivir no es
resignarse”.
Camus. A
contracorriente de Jean Daniel es, en fin de
cuentas, una biografía breve pero precisa de quien con argumentos y fundamentos
se atrevió a decir “no”.
Jean Daniel, periodista francés |
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